LWW-Enfermería psiquiátrica, 3ed

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Tratamiento general

Diagnóstico

El diagnóstico del trastorno delirante puede ser problemático. El pro- fesional sanitario debe descartar otras posibles causas de los síntomas antes de establecer el diagnóstico. La evaluación de la anamnesis médica, psiquiátrica y familiar (incluyendo el régimen actual de medicamen- tos) puede proporcionar información sobre los síntomas del paciente. Pueden solicitarse análisis basales de sangre y orina para descartar otras causas fisiológicas. Un estudio toxicológico en orina puede ayudar a descartar que el delirio se deba al consumo de alcohol o drogas. Puede solicitarse una TC o una RM para descartar problemas neurológicos. La Global Assessment of Functioning Scale (Escala de Evaluación de Fun- cionamiento Global), que puede usarse para cualquier paciente con un trastorno mental, puede emplearse para determinar la capacidad del pa- ciente para llevar a cabo las actividades de la vida diaria y para funcionar de manera independiente. Resultados de estudios diagnósticos No existe un estudio diagnóstico definitivo para establecer la presencia del trastorno delirante. Los ingresos recurrentes en el hospital debido a exacerbación de los síntomas y la monitorización rigurosa pueden pro- porcionar al médico y al equipo que trata al paciente, una idea sobre los patrones de comportamiento del paciente, lo que permitirá un diagnós- tico más certero.

Habitualmente los pacientes con trastorno delirante

Tratamiento general no son conscientes de que los delirios no son reales. SAMPLE Generalmente, los pacientes con trastorno delirante tienen poca in- trospección sobre su enfermedad, desconocen que los delirios no son reales, y no consideran que necesiten tratamiento. Establecer una buena relación terapéutica con confianza es la clave para un mejor desenlace. Pueden emplearse combinaciones de tratamiento farmacológico y psico- terapia para tratar esta enfermedad. Objetivos del tratamiento El objetivo del tratamiento es mejorar la calidad de vida del paciente e impedir la exacerbación de los síntomas. La disposición del paciente para aprender influirá en la eficacia del tratamiento y en el cumplimiento de este. Los síntomas pueden manejarse empleando fármacos; sin embargo, la probabilidad de cumplimiento es baja debido a la escasa introspec- ción y juicio sobre el proceso de pensamiento delirante. La terapia cogni- tivo-conductual (TCC) también puede ser de utilidad.

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