Jarvis.Infecciones hospitalarias_7ed.

Capítulo 1 • Epidemiología de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria 15

HUÉSPED El tercer eslabón de la cadena de infección es el huésped. La en fermedad no siempre se produce tras la transmisión de agentes infecciosos al huésped. Como ya se ha comentado, intervienen diversos factores del agente; del mismo modo, también deben su perarse diversos factores del huésped antes de que se produzca la infección y se desarrolle la enfermedad. Los factores del huésped que influyen en el desarrollo de las infecciones son el lugar de deposición del agente y los mecanismos de defensa del huésped, denominados inmunidad, ya sean específicos o inespecíficos. Portal de entrada Los lugares de deposición son la piel, las membranas mucosas y los sistemas respiratorio, gastrointestinal y urinario. Los Staphylo cocci spp., incluidas las cepas de SARM adquiridas en la comu nidad, necesitan una brecha mínima en la integridad de la piel para entrar en el organismo. La transmisión mecánica puede producirse a través de la piel normal, como ocurre con los virus de la hepatitis B, la hepatitis C o el VIH a través de una inyec ción con una aguja o jeringa contaminada con sangre. La piel anormal, como una herida preexistente, puede ser el lugar de deposición de organismos como P. aeruginosa . Las membranas mucosas, como la conjuntiva, pueden ser el lugar de entrada de organismos como el adenovirus. Otro lugar de deposición es el sistema respiratorio. El lugar exacto de deposición depende del tamaño de la partícula trans portada por el aire y de la aerodinámica en el momento de la transmisión. En general, las partículas ≥ 5 μm de diámetro se depositarán en el sistema respiratorio superior, mientras que las < 5 μm de diámetro se depositarán en el sistema respiratorio inferior. Los agentes infecciosos pueden entrar en el organismo a tra vés del tracto intestinal por ingestión de alimentos o líquidos contaminados, alimentación suplementaria contaminada y me dicamentos contaminados o a través de equipos contaminados, como endoscopios insertados en el tracto intestinal. Las vías urinarias pueden infectarse a partir de objetos extraños conta minados, como catéteres o cistoscopios insertados en la uretra, o por el movimiento retrógrado de organismos en la superficie externa de un catéter urinario invasivo. Los organismos pueden entrar en el huésped a través de la ciru gía, ya sea por la contaminación de una herida quirúrgica abierta o por implantación de un dispositivo u objeto contaminado. Un ejemplo reciente se refiere a la transmisión de Mycobacterium chi maera desde tanques de agua contaminados de una unidad de calefacción-refrigeración a pacientes durante una operación a corazón abierto. 91 El trasplante es otro método por el que los microorganismos penetran en el huésped; por ejemplo, puede producirse una infección tras un trasplante renal si el riñón donado está infectado por citomegalovirus. Un organismo puede colonizar un lugar y no causar ninguna enfermedad, pero el mismo organismo en otro lugar puede pro vocar una enfermedad clínica. E. coli , por ejemplo, coloniza de manera habitual el tracto gastrointestinal y en circunstancias nor males no causa enfermedad; sin embargo, el mismo organismo en las vías urinarias puede causar infección. El S. aureus puede colonizar las fosas nasales externas sin que se manifieste ninguna enfermedad, pero cuando el mismo microorganismo coloniza una herida quirúrgica reciente, puede producirse una ISQ. Mecanismos de defensa inespecíficos y específicos El ser humano dispone de numerosos mecanismos de defensa específicos e inespecíficos para protegerse frente a las infeccio nes. 1 Los mecanismos de defensa inespecíficos incluyen la piel, las membranas mucosas y determinadas secreciones corporales (lágrimas, mucosidad, enzimas). La respuesta inflamatoria local constituye otro mecanismo de defensa inespecífico del huésped. Otros mecanismos de protección inespecíficos incluyen factores

genéticos, hormonales, nutricionales, conductuales y de higiene personal. La edad se asocia con una disminución de la resistencia en ambos extremos del espectro; los muy jóvenes y los adultos muy mayores son con frecuencia más susceptibles a la infección. La cirugía reciente y la presencia de enfermedades crónicas, como la diabetes, los trastornos sanguíneos, ciertos linfomas y las enfermedades del colágeno, alteran la resistencia del huésped. La inmunidad específica es el resultado de eventos naturales o inducidos de modo artificial (es decir, vacunas, inmunoglobu linas). En las últimas décadas, las terapias médicas para enferme dades como el cáncer, el trasplante de órganos sólidos/médula ósea y el VIH han aumentado la población de huéspedes con inmunosupresión significativa. Estos huéspedes se han sumado a los retos de la prevención y el control de las IRAS. Respuesta del huésped El espectro de la respuesta del huésped a un microorganismo puede ir desde una infección subclínica (o inaparente) hasta una enfermedad clínicamente aparente, siendo el extremo la muerte. El huésped puede convertirse en portador del orga nismo. El grado de respuesta del hospedador viene determinado por factores tanto del agente como del hospedador e incluye la dosis del organismo infectante, su especificidad de órgano, la pa togenicidad del organismo infectante, su virulencia e invasividad y su portal de entrada. Los factores del huésped incluyen el nivel cuantitativo y cualitativo de los factores inmunológicos específi cos e inespecíficos comentados antes. El mismo organismo que infecta a distintos huéspedes puede dar lugar a un espectro clínico de la enfermedad igual, similar o diferente en varios individuos. Por ejemplo, muchos casos de lo que parece ser la enfermedad del brote pueden cumplir la definición de caso clínico, mientras que otros casos que están epidemiológicamente relacionados pueden no cumplir la misma definición de caso. Puede tratarse de casos de la enfermedad del brote pero con un espectro clínico diferente o de casos de otras enfermedades que ocurren de forma simultánea con el brote. AMBIENTE Los pacientes de los centros sanitarios suelen estar confinados en una cama de hospital y rodeados de múltiples dispositivos mé dicos, equipos y superficies ambientales. Por lo tanto, existe la preocupación de que el entorno del centro pueda desempeñar un papel en la cadena de infección. El papel del entorno está más documentado en el caso de C. difficile y C. auris que en el de muchas otras IRAS. 14 Es en este contexto en el que los protocolos de limpieza mejorados, incluido el uso de agentes blanqueadores/esporicidas, se han convertido en la norma. Los estudios que utilizan luz ultravio leta (UV) u otros productos químicos para complementar la limpieza estándar han resultado prometedores. También se re conoce cada vez más que el agua del grifo en los entornos de atención al paciente puede albergar gérmenes que amenazan la seguridad de los pacientes y propagan patógenos resistentes a los antibióticos o causan IRAS. Entre las posibles vías de transmisión se encuentran la exposición a dispositivos médicos reprocesados de forma incorrecta; la preparación de alimentos (leche materna/ fórmula infantil), inyecciones o medicamentos cerca de los lava bos; las gotas de agua y la aerosolización de duchas e inodoros contaminados, y las salpicaduras de los desagües de los lavabos. 92 A veces se hace demasiado hincapié en el papel del medio am biente; por ejemplo, en general no es apropiado realizar cultivos ambientales de forma rutinaria en todo el hospital. Sin embargo, durante las investigaciones de las IRAS, la obtención de cultivos ambientales puede ser apropiada dependiendo de las circuns tancias y de las pruebas o datos. 1,35,93 No obstante, se requiere un equilibrio entre los métodos de investigación razonables y efi caces y las búsquedas excesivamente laboriosas e intensivas en recursos. 1,35

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