Jadvar_Medicina nuclear_1ed

nuclear en pediatría 17

Fundamentos de medicina

Hedieh Khalatbari, Barry L. Shulkin, Helen R. Nadel y Marguerite T. Parisi

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE 1. Diferenciar los patrones gammagráficos en los neonatos con hipotiroidismo congénito. 2. Utilizar la gammagrafía renal para identificar al subconjunto de pacientes con dilatación congénita del sistema colector renal que se beneficiarían con una intervención quirúrgica. 3. Aplicar criterios de interpretación para distinguir la atresia biliar de otras causas de ictericia neonatal colestásica prolongada en las exploraciones hepatobiliares. 4. Discutir el abordaje óptimo para realizar la exploración de Meckel en los niños. 5. Describir la puntuación modificada de Curie y su importancia al momento de interpretar las exploraciones con metayodobencilguanidina marcada con yodo en los pacientes con neuroblastoma.

INTRODUCCIÓN Los niños no son adultos pequeños. Existen cambios en el desarrollo relacionados con la edad, así como variantes fisiológicas que pue den confundirse con enfermedades. Además, los procesos patológicos encontrados en la población pediátrica difieren de los de los adultos. Incluso cuando se encuentran padecimientos similares, las causas y los sitios de afectación varían entre adultos y niños. Uno de estos ejem plos es la osteomielitis, que se clasifica en hematógena , de foco contiguo por traumatismo, cirugía, material protésico o propagación de tejidos blandos, así como por insuficiencia vascular (1). La osteomielitis hema tógena predomina en los niños y las metáfisis de los huesos largos son las más frecuentemente implicadas (2,3). En los adultos jóvenes, la osteomielitis suele relacionarse con un traumatismo o una intervención quirúrgica, es decir, una osteomielitis de foco contiguo. En los adultos mayores, predominan la osteomielitis de foco contiguo y la osteomielitis por insuficiencia vascular (3). La interpretación de los estudios de medicina nuclear (MN) pediá trica requiere un conocimiento de la historia clínica del paciente, el cua dro clínico, así como la indicación del estudio solicitado. Los hallazgos en las modalidades de imagen anatómica deben ser revisados y corre lacionados con los identificados en los estudios de MN. Además, hay que ser consciente de la biodistribución fisiológica del radiofármaco administrado para asegurarse de que no se pasen por alto los hallaz gos inesperados que puedan alterar el diagnóstico o el tratamiento del paciente. Aunque los radiofármacos utilizados son los mismos que en los adultos, hay cambios fisiológicos y del desarrollo en el niño y el ado lescente en crecimiento que deben reconocerse y no confundirse con la enfermedad (fig. 17-1). Este capítulo se centrará en los estudios que se realizan en una con sulta típica de MN pediátrica, los aspectos prácticos de la realización de dichos estudios (tablas 17-1 y 17-2) y ejemplos ilustrativos (4-38).

DOSIS DE RADIOFÁRMACOS Y DE RADIACIÓN

Hay aspectos técnicos respecto a los estudios de MN que deben ajus tarse al paciente pediátrico. Los niños son más sensibles a las radiacio nes que los adultos y tienen mayor esperanza de vida para mostrar los efectos adversos de la radiación (39). En consecuencia, deben realizarse grandes esfuerzos para optimizar las dosis administradas de radiofár macos y las técnicas de imagen híbrida en esta población vulnerable, para permitir una menor exposición de los pacientes a la radiación man teniendo la eficacia del diagnóstico (39,40). En la literatura se ha hecho hincapié en los posibles riesgos neoplásicos de las radiaciones ionizan tes, especialmente en la población pediátrica. Existen varios modelos para predecir los riesgos relativos de radiación y el más utilizado es el modelo lineal sin umbral (41). En este modelo se indica que la exposi ción a las radiaciones ionizantes, a cualquier nivel, tiene el potencial de aumentar la probabilidad de desarrollar una enfermedad maligna más adelante en la vida (42). Por tanto, los estudios de MN y de tomografía por emisión de positrones (PET, positron-emission tomography ) en com binación con la tomografía computarizada (PET/TC) deben realizarse solo cuando estén claramente indicados desde el punto de vista clínico y utilizando actividades radiofarmacéuticas administradas en función del peso, de acuerdo con las guías de la European Association of Nuclear Medicine (EANM) (12,13). Además, en los estudios pediátricos de MN, se prefiere el uso de 123 I y de metayodobencilguanidina (MIBG) mar cada con 123 I ( 123 I-MIBG) en lugar de sus homólogos con 131 I para la enfermedad tiroidea y el neuroblastoma, respectivamente, esto debido a su vida media más corta, a la mejor calidad de la imagen debido a la energía de los fotones emitidos y a la menor dosis de radiación efectiva necesaria. Por último, existen diversas técnicas que pueden utilizarse para reducir la radiación al realizar estudios de MN y la PET/TC que se resumen en la tabla 17-3 (12,13,35,43,44).

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