Hansen. Manual de Neonatología

28   Sección I  ■  Valoración y afecciones prenatales

B Tratamiento intraparto . 1 Se usa sulfato de magnesio (6 g por vía intravenosa como impregnación, seguidos de 2 g/h en infusión) como profilaxis para las convulsiones. Se inicia su administración después de tomar la decisión de proceder al parto y se continúa al menos 24 horas después. Está demostrado que el sulfato de magnesio es el agente de elección para profilaxis de estados convulsivos en comparaciones aleatorizadas a doble ciego con placebo y antiepilépticos convencionales. En pacientes con miastenia grave o hipocalcemia, el sulfato de magnesio está contraindicado y no debe administrarse. Como se excreta por vía renal, hay que mantener una vigilancia cuidadosa de la excreción urinaria. Los signos y síntomas de toxicidad materna incluyen pérdida de reflejos tendinosos profundos, somnolencia, depresión respiratoria, arritmia cardíaca y, en casos extremos, colapso cardiovascular. 2 La monitorización cuidadosa del balance de líquidos es crucial, porque la preeclampsia se relaciona con disfunción endotelial, que conduce al descenso del volumen intravascular, edema pulmonar y oliguria. Debe considerarse la medición del nivel sérico de magnesio si se sospecha un decremento de la función renal mientras se administra. Además, si la paciente muestra evidencias de hipofunción renal (es decir, valores de creatinina sérica supe- riores a 1,1 mg/dl), la dosis de mantenimiento de sulfato de magnesio puede iniciarse con 1 g/h después del primer bolo. Si los valores de creatinina sérica son superiores a 2,5 mg/dl, quizá no sea necesaria la dosis de mantenimiento. 3 Se recomienda la monitorización continua de la frecuencia cardíaca . La variabilidad reducida de la frecuencia cardíaca fetal también puede obtenerse con la administración materna de sulfato de magnesio. 4 La hipertensión grave puede controlarse con fármacos como hidralazina intravenosa, labetalol intravenoso o nifedipino oral. Debe evitarse el nitro- prusiato sódico antes del parto, por la posibilidad de toxicidad fetal por cianuro. Es importante evitar los descensos marcados o súbitos de la presión arterial, porque el volumen intravascular está disminuido y la perfusión uteroplacentaria es deficiente, lo cual puede conducir a la insuficiencia pla- centaria aguda y poner en riesgo el bienestar fetal. C Tratamiento posparto . 1 Las convulsiones eclámpsicas posparto casi siempre aparecen en las primeras 48 horas tras el parto, y por lo general en las primeras 24 horas; por ello, la profilaxis con sulfato de magnesio debe continuarse al menos durante 24 horas. Se mantiene la monitorización estrecha del balance de líquido. Mientras se usa sulfato de magnesio, la presión sanguínea de la paciente debe vigilarse estrechamente, además de evaluar la excreción urinaria, la función pulmonar y los reflejos tendinosos profundos para detectar una posible toxicidad por sulfato de magnesio. 2 La hipertensión en el posparto con PAS superior a 150 mm Hg o PAS superior a 100 mm Hg al menos en dos ocasiones separadas por 4‑6 horas debe tratarse con fármacos antihipertensivos. Aunque algunas pacientes conservan la estabilidad suficiente para salir del hospital, es probable que requieran medicación antihipertensiva hasta 8 semanas después del parto. 3 Por lo general, la presión arterial tiende a disminuir en las primeras 48 horas después del parto, y aumenta 3‑6 días más tarde. Se recomienda mantener una vigilancia estrecha durante 72 horas después del parto, preferentemente en el hospital, y pedir a la paciente que regrese al centro sanitario 7‑10 días después del parto para tomar nuevas mediciones. Si la paciente desarrolla síntomas de preeclampsia en ese intervalo, se le debe indicar que regrese antes. AMPLE

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