Handa. Te Linde. Ginecología Quirúrgica 12ed

PRÓLOGO DE LA PR IMERA EDI CIÓN

La ginecología se ha convertido en una especialidad polifa- cética. Ya no es simplemente una rama de la cirugía general. Para practicar esta especialidad en sentido amplio, el gine- cólogo debe estar capacitado en un campo integral. Debe ser cirujano, experto en su especialidad, estar capacitado en los fundamentos de la obstetricia, tener la habilidad técnica para investigar las alteraciones urológicas femeninas, tener una comprensión de la endocrinología que se aplica a la gine- cología, conocer a profundidad la patología ginecológica y, finalmente, ser capaz de reconocer y tratar con éxito los pro- blemas psiquiátricos menores que surgen con tanta frecuen- cia entre las pacientes ginecológicas. Este libro fue escrito con este concepto de especialidad. Entonces se hace evidente que, cuando se busca una capacitación en ginecología más allá de los fundamentos más simples, como los que se enseñan a los estudiantes de pregrado, se necesita un trabajo especial para capacitar a quienes pretenden practicarla. El autor cree firme- mente en el sistema de largas residencias hospitalarias para capacitar a los jóvenes en diversas especialidades quirúrgicas, cuando sus mentes asimilan rápidamente las ideas y sus dedos son ágiles. Este volumen ha sido escrito especialmente para este grupo de jóvenes. Desafortunadamente, en los Estados Unidos hay una escasez de buenas residencias ginecológi- cas en el sentido que el autor tiene en mente. Muchos lugares tienen el nombre de residencia, pero no le dan al residente suficiente trabajo quirúrgico para justificar el nombre. Otro excelente método de desarrollo para el joven ginecólogo consiste en asistir activamente a un ginecólogo experimen- tado y bien entrenado. Si se le permite al asistente estar en la mesa quirúrgica frente a su jefe día tras día, con el tiempo adquirirá habilidades y juicio que él mismo podrá utilizar

como cirujano. Cuando se practica dicho sistema tutorado, es importante que el asistente tenga a su cargo una cirugía mientras aún es joven. Si uno se ve obligado a pensar en sí mismo como un asistente permanente, este estado de ánimo va a inhibir la capacidad para aceptar una responsabilidad propia. Sin embargo, muchos aprenden ginecología quirúrgica en circunstancias menos favorables que las del afortunado residente o asistente. Este volumen debe ser de utilidad para aquellos que, como autodidactas, deben adquirir un cierto grado de habilidad quirúrgica. Por último, debe admitirse que los cirujanos generales en este país actualmente practican más ginecología que los ginecólogos. Aunque esto no es ideal, las circunstancias lo hacen necesario y gran parte de esta cirugía ginecológica está bien realizada. Se espera que muchos ciruja­ nos generales usen este volumen como libro de referencia. En relación con la cirugía general, es justo decir que ha lle- gado mucho a la ginecología a través de los cirujanos genera­ les de la vieja escuela, quienes practicaron la cirugía general en su sentido más amplio. Ahora que la ginecología o la obs- tetricia se han convertido en una especialidad en sí misma, es adecuado en el entrenamiento quirúrgico no alejarse dema- siado de la cirugía abdominal general. A pesar de la investi- gación preoperatoria más cuidadosa, se cometen errores en el diagnóstico y, a veces, se recurre al ginecólogo para encargarse de afecciones quirúrgicas generales de la región inferior del abdomen y del recto. Con esto en mente, el autor ha incluido en este volumen consideraciones sobre algunas afecciones qui- rúrgicas generales ocasionalmente encontradas. Dr. Richard Te Linde 1946

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