Hamill. Biomecánica_5ed

Capítulo 2 Consideraciones esqueléticas para el movimiento 37

A

1 000

500

B

0 Masa ósea (g de Ca)

0

25

50

75

100

Sensibilidad

Edad (años)

C

(37). En general, el aumento de la fuerza muscular en la unidad músculo-hueso optimiza la acumulación de mineral óseo en la juventud y frena la pérdida de hueso en los adultos (29). Figura 2-17. El pico de masa ósea ocurre durante la última parte de la tercera década de la vida. Las mujeres tienen una masa ósea pico menor y reducciones mayores en las etapas posteriores de la vida, en especial después de la menopausia.

Tiempo

gación de una sesión de ejercicio puede no favorecer ningún aumento del efecto osteogénico. Los ciclos de carga al final de una sesión de ejercicio no facilitan las mismas respuestas osteo- génicas que al principio del ciclo. En las sesiones múltiples de ejercicio de corta duración con descanso entre ellas, seguía exis- tiendo una alteración mecanosensorial en el hueso. Se demostró que esperar al menos 14 segundos entre los ejercicios de corta duración aumentaba la formación ósea en el laboratorio. Los resultados demostraron la importancia de los periodos de recu- peración para a) restaurar la mecanosensibilidad de las células óseas y b) maximizar los efectos osteogénicos de los regímenes de carga mecánica (ejercicio) (53). El efecto de la actividad física sobre el incremento de la masa ósea varía a lo largo de la vida. En el esqueleto en crecimiento, las cargas aplicadas sobre el esqueleto proporcionan un estímulo mucho mayor que en el esqueleto maduro (61). En los adultos mayores, con una masa ósea baja, el ejercicio es solo de manera moderada efectivo en la formación de hueso. La meta es maxi- mizar la ganancia en la densidad mineral ósea en las primeras tres décadas de la vida y luego minimizar el declive después de los 40 años de edad (37). La masa ósea alcanza niveles máximos entre los 18 y 35 años de edad (8), y luego disminuye en alre- dedor de 0.5% al año después de los 40 años (37) (fig. 2-17). En la etapa adulta, la masa ósea es la masa ósea máxima menos la cantidad perdida, así que el ejercicio puede ser efectivo para atenuar la tasa de pérdida en lugar de aumentar la masa ósea Figura 2-16. La mecanosensibilidad (representada por la línea dis- continua ) es una indicación del potencial de respuesta del hueso a un estímulo mecánico (fuerza muscular o carga externa). (A) La desensibilización de las células óseas se produce cuando un episo- dio de carga ( línea negra ) no produce ninguna respuesta osteogé- nica adicional, alcanzando la saturación. (B) Después de un estímulo de carga, un periodo de recuperación suficiente para permitir que se restablezca la sensibilidad completa es óptimo para la respuesta osteogénica. (C) El ejercicio de corta duración con periodos de des- canso intermedios estimula las células óseas, pero no al mismo nivel que (B) , ya que las células no están en su nivel óptimo de mecanosensibilidad. (Usada con permiso de Robling, A. G., et al . [2001]. Los periodos de recuperación restauran la mecanosensibili- dad del hueso cargado dinámicamente. The Journal of Experimental Biology , 204:3389-3399). Existen varios principios que ayudan a determinar el mejor ejercicio para el hueso: a) las fuerzas y la tasa de desarrollo de la fuerza deben ser altas (acti- vidades de impacto), b) el número de impactos no necesita ser mayor, ya que el hueso se desensibiliza a los estímulos mecánicos con bastante rapidez, c) la sensibilidad al estímulo mecánico se recupera con el reposo y d) las cargas desde diferentes direccio- nes incrementan la osteogénesis. Forme grupos para discutir y clasificar las siguientes actividades deporti- vas de acuerdo con su potencial para la formación de hueso: natación, ciclismo, gimnasia, correr, esquiar a campo traviesa, baloncesto y futbol. Inactividad La pérdida de hueso después de una disminución en el nivel de actividad física puede ser significativa (65). Cuando está en condiciones de disminución de carga, como en la fijación y el reposo en cama, la masa ósea se resorbe, lo que resulta en una reducción y adelgazamiento del hueso. El sistema esquelé- tico percibe cambios en los patrones de carga y se adapta para soportar dicha carga de forma más eficiente utilizando la menor cantidad de masa ósea. En condiciones de microgravedad, los astronautas, sometidos a una menor actividad y pérdida de la influencia de peso corporal, pierden de manera significativa masa ósea en periodos relativamente cortos. Algunos de los cambios que ocurren en el hueso como resultado de viajar al espacio incluyen pérdida de rigidez, disminución en la longitud del hueso y del área de corte transversal, y desaceleración en la formación de hueso (68). SAMPLE Fuente: Turner C, Robling A. (2003). Designing exercise regimens to increase bone strength. Exercise and Sport Sciences Reviews , 31(1):45-50. ¿Qué ejercicios son mejores?

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