Hamill. Biomecánica_5ed

Capítulo 2 Consideraciones esqueléticas para el movimiento 35

ósea (fig. 2-15). El cuerpo se ensancha hacia el extremo for- mando una sección llamada la metáfisis . En el esqueleto inma- duro, el extremo final del hueso largo, la epífisis, está separada de la diáfisis por un disco cartilaginoso. Las epífisis están forma- das por una capa externa delgada de hueso cortical que cubre al hueso esponjoso interno. Una delgada membrana blanca, el periostio , cubre la parte exterior del hueso con excepción de las partes cubiertas por cartílago. Los huesos largos le proporcionan apoyo al cuerpo, y confor- man el grupo de palancas y uniones interconectadas que permi- ten que usted se mueva. Un hueso largo puede actuar como una columna al soportar cargas sobre su eje largo. Los huesos largos por lo general no son rectos; más bien, tienen forma de viga, lo que crea una estructura más fuerte de modo que los huesos pue- dan manejar y minimizar las cargas de doblamiento impuestas sobre ellos. Un hueso largo es más resistente cuando se tensiona por fuerzas que actúan sobre el eje largo del hueso. Los sitios de anclaje muscular y las protuberancias son formados por fuerzas de tracción de los músculos que tiran de los huesos. Huesos cortos Los huesos cortos, como los huesos del carpo de la mano y los huesos del tarso en el pie, están formados principalmente por hueso esponjoso cubierto por una delgada capa de hueso cortical. Estos huesos desempeñan un papel importante en la absorción de impacto y la transmisión de fuerzas. Un tipo espe- cial de hueso corto, el hueso sesamoideo, está incrustado en un tendón o cápsula articular. La rótula es un hueso sesamoideo en la articulación de la rodilla que está incrustado en el tendón Figura 2-15. El hueso largo tiene un cuerpo, o diáfisis (A) , que se ensancha en la metáfisis (B) y la epífisis (C) . Las capas de hueso cortical componen la diáfisis. La metáfisis y la epífisis están com- puestas por hueso esponjoso dentro de una capa delgada de hueso cortical. SAMPLE del cuádriceps. Pueden encontrarse otros huesos sesamoideos en la base del primer metatarsiano en el pie, donde los huesos están incrustados en el tendón distal del músculo flexor corto del dedo gordo, y en el pulgar, donde los huesos están incrus- tados en el tendón del músculo flexor corto del pulgar. El papel de los huesos sesamoideos consiste en alterar el ángulo de inser- ción del músculo y disminuir la fricción creada por el músculo. Huesos planos Un tercer tipo de hueso, el hueso plano, está representado por las costillas, el hueso iliaco, el esternón y la escápula. Estos hue- sos consisten en dos capas de hueso cortical con hueso espon- joso y médula en medio. Los huesos planos protegen estructuras internas y ofrecen superficies amplias para la inserción muscular. Huesos irregulares Los huesos irregulares, como los que se encuentran en el crá- neo, pelvis y las vértebras, están formados por hueso esponjoso con una capa exterior delgada de hueso cortical. Estos huesos se denominan irregulares debido a sus formas y funciones especia- lizadas. Los huesos irregulares llevan a cabo una gran variedad de funciones, incluyendo soportar peso, disipar cargas, proteger a la médula espinal, contribuir al movimiento y proporcionar sitios para la inserción de músculos. Formación de hueso El hueso es un material altamente adaptable que es muy sensible a la falta de uso, la inmovilización o la actividad vigorosa y los altos niveles de carga. A lo largo de la vida, el hueso se optimiza de manera constante por su papel de soporte de carga a tra- vés de la remodelación funcionalmente adaptativa. Los cambios se producen en la arquitectura de todo el hueso y la masa del hueso, a medida que se presenta la adaptación funcional donde la masa y la arquitectura del hueso se ajustan a la demanda fun- cional (44). En el esqueleto apendicular, esto es en particular importante debido al soporte de carga. Los cambios adaptativos son máximos en el hueso en crecimiento y disminuyen con el envejecimiento, pero aún ocurren en cierto nivel a medida que el hueso se adapta a los cambios en el uso mecánico. El tejido óseo es autorreparable y puede alterar sus propiedades y confi- guración en respuesta a la demanda mecánica. Esto fue descrito por primera vez por el anatomista alemán Julius Wolff, quien proporcionó la teoría del desarrollo del hueso, denominada ley de Wolff. Esta ley establece que: “Todo cambio en la forma y la función de un hueso o solo de su función es seguido de ciertos cambios definitivos en su arquitectura interna y de alteración secundaria igualmente definitiva en su conformación externa de acuerdo con las leyes matemáticas” (36). OSIFICACIÓN, MODELACIÓN Y REMODELACIÓN La formación de hueso es un proceso complejo que no puede ser explorado en detalle aquí. El hueso siempre se forma por el remplazo de algún tejido preexistente. En los fetos, gran parte del tejido preexistente es cartílago hialino. La osificación es la formación de hueso mediante la actividad de los osteoblastos y osteoclastos. En los fetos, el cartílago es remplazado lentamente a través de este proceso, así que en el momento del nacimiento muchos de los huesos están al menos parcialmente osificados. En sitios como los huesos planos del cráneo, el hueso remplaza a un tejido fibroso suave en vez del cartílago. Línea epifisiaria (cartílago) Cavidad medular Hueso compacto Hueso esponjoso C. Epífisis B. Metáfisis A. Diáfisis B. Metáfisis C. Epífisis

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