Brunner y Suddarth. Enfermería medicoquirúrgica

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CAPÍTULO 2  Práctica de enfermería comunitaria

a personas vulnerables, no aseguradas y sin acceso a servicios de salud. Estos centros pueden tener una ubicación física dentro de una institución académica donde acuden los pacientes, o pue- den ser móviles (p. ej., una furgoneta), que acuden al encuentro de los pacientes. Estos centros, casi siempre dirigidos por personal de enfermería de práctica avanzada, atienden a un gran número de pacientes en situación de pobreza, miembros de grupos minorita- rios, mujeres, ancianos o sin hogar. El personal de práctica avan- zada que trabaja en estos entornos informa percepciones positivas relacionadas con su función y la autonomía que proporciona en este escenario (Pron, 2013). El personal brinda educación sobre salud, cuidados a sanos y enfermos, servicios de manejo de casos y asesoría psicosocial. En algunas áreas, varios modelos de asocia- ción en la comunidad facilitan la atención al creciente número de trabajadores migrantes (Allender, et al., 2014). El concepto de centros comunitarios para abordar poblaciones vulnerables está ganando aceptación. Estos centros poseen la infraestructura para identificar a quienes están en riesgo, tratar mediante prácticas basadas en la evidencia y evaluar indicadores y resultados para determinar la eficacia de la atención (Agency for Healthcare Research and Quality, 2015). Atención para personas sin hogar El gobierno federal define la falta de vivienda como la carencia de una residencia habitual para dormir por la noche. Aproximada- mente 580 000 personas en los Estados Unidos carecen de hogar cada noche (National Alliance to End Homelessness, 2015). La población sin hogar es diversa; incluye a miembros de familias disfuncionales e intactas, mujeres que han experimentado abu- sos, veteranos, adultos mayores, desempleados y aquellos que no pueden encontrar viviendas asequibles a sus posibilidades. Tanto adultos como niños pueden sufrir la falta de vivienda por un epi- sodio breve, como después de un desastre natural; temporal, des- pués de la pérdida de un trabajo; crónica o persistente, cuando la falta de vivienda se ha convertido en una forma de vida (Lundy y Janes, 2016). Quienes carecen de hogar no suelen contar con un seguro suficiente o no tienen seguro y disponen de acceso limitado o nulo a la atención médica. Debido a las numerosas barreras, a menudo buscan atención médica tardíamente y se deterioran más rápido que los pacientes que no sufren esta carencia. Muchos de sus problemas de salud están relacionados en gran parte con su situación de vida. La vida en la calle expone a las personas a condiciones climáticas extremas, cálidas y frías, y aumenta los riesgos para la salud. Esta población tiene una esperanza de vida más corta y altas tasas de traumatismo, tuberculosis, infecciones de vías respiratorias superiores, desnutrición y anemia, piojos, sarna, enfermedades vasculares periféricas, infecciones de trans- misión sexual (ITS), problemas dentales, artritis, hipotermia, enfermedades de la piel y problemas en los pies. Los problemas de salud crónicos frecuentes también incluyen diabetes, hiper- tensión, cardiopatías, síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), enfermedad mental y abuso de alcohol u otras drogas (Lundy y Janes, 2016, National Alliance to End Homelessness, 2015). Estos problemas se vuelven más difíciles al vivir en la calle o al ser dados de alta a una situación transitoria de personas sin hogar en la que es poco probable que se realicen cuidados de seguimiento. Los refugios suelen estar superpoblados y carecer de ventilación, lo que promueve la propagación de enfermedades transmisibles, como la tuberculosis.

llevar a cabo programas de educación de la salud, establecer pro- gramas con objetivos de salud específicos (como la alimentación saludable y el ejercicio regular), controlar la audición, la vista, la presión arterial o la glucosa en sangre, y rastrear e informar la exposición a enfermedades infecciosas y sustancias tóxicas. Estos profesionales deben estar bien informados sobre las regulaciones federales relacionadas con la salud laboral y fami- liarizados con otras leyes pertinentes, como la Americans with Disabilities Act (Stanhope y Lancaster, 2014). Programas de salud escolar Los programas de salud escolar brindan servicios a los estudian- tes y también pueden servir a la comunidad de la escuela. Ideal- mente, los programas de salud escolar tienen un equipo de salud interdisciplinario compuesto por médicos, personal de enferme- ría, dentistas, trabajadores sociales, consejeros, administradores escolares, padres y estudiantes. La escuela puede servir como el sitio para una clínica de salud familiar que ofrece atención prima- ria y servicios de salud mental a todos los miembros de la familia en la comunidad. Los profesionales de enfermería de práctica avanzada realizan exploraciones físicas y diagnostican y tratan a los estudiantes y sus familias por enfermedades agudas y crónicas dentro del alcance de su práctica. Estas clínicas son rentables y benefician a los estudiantes de familias de bajos ingresos que no tienen acceso a la atención médica tradicional o que no tienen seguro de salud. La Affordable Care Act ha proporcionado fon- dos para la expansión y mejora de los servicios del centro de salud escolar. Esta expansión aumentará el acceso más allá de los casi 2000 centros de salud escolares que operan en los Estados Uni- dos (Health Resources and Services Administration, 2015). El personal de enfermería en las escuelas desempeña varias funciones, entre ellas, proveedor de cuidados, educador de la salud, asesor y consejero. Colabora con estudiantes, padres, admi- nistradores, maestros y otros profesionales de servicios sociales y de salud con respecto a los problemas de salud de los estudiantes. Además de proporcionar información sobre prácticas de salud, impartir clases de salud y participar en el desarrollo del plan de estudios de educación para la salud, el personal de enfermería en la escuela brinda educación a los maestros y estudiantes cuando un alumno tiene un problema especial, una discapacidad o una enfermedad como la hemofilia, el asma o la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El personal de enfermería escolar realiza revisiones médicas básicas, proporciona cuidados para molestias y heridas leves, administra medicamentos, da seguimiento al estado de vacuna- ción de estudiantes y familias, identifica a niños con problemas de salud, provee educación sobre la preservación de la salud y la seguridad, y controla el peso de los niños para facilitar la preven- ción y el tratamiento de la obesidad. Necesita estar bien infor- mado sobre los reglamentos estatales y locales que afectan a niños en edad escolar, como las solicitudes para suspender la asistencia de estudiantes a la escuela debido a enfermedades transmisibles o parásitos como los piojos o ácaros (Stanhope y Lancaster, 2014).

Centros comunitarios administrados por profesionales de la enfermería El personal de enfermería comunitaria que trabaja con la población sin hogar no debe tener prejuicios y debe ser paciente AMPLE Los centros comunitarios administrados por profesionales de la enfermería constituyen otro entorno de atención en la comuni- dad. Con frecuencia, estos centros son patrocinados por institu- ciones académicas y, de manera característica, están diseñados para suministrar atención básica de la salud y casi siempre sirven

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