Biomecánica. Bases del movimiento humano

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CAPÍTULO 5 Anatomía funcional de la extremidad superior

tercio medio de la clavícula. Esta lesión se sufre al caer sobre el hombro con el brazo extendido o al recibir un golpe al hombro de modo que se aplica una fuerza a lo largo del cuerpo de la cla- vícula. Otras fracturas menos frecuentes se presentan en la parte medial de la clavícula como resultado de trauma directo sobre el extremo lateral de la clavícula o a causa de trauma directo sobre la punta del hombro (85). Las fracturas claviculares en adoles- centes sanan rápida y efectivamente; pero en adultos, el proceso de reparación y cicatrización no es tan eficiente o efectivo. Esto está relacionado a diferencias en el nivel de maduración esquelé- tica. En adolescentes, se está formando hueso nuevo a una tasa mucho más rápida que en individuos maduros. Las lesiones en la articulación AC pueden causar una canti- dad considerable de alteración en los movimientos del hombro. De nuevo, si un individuo cae sobre la punta del hombro, la articulación AC puede subluxarse o dislocarse. Esto también puede ocurrir debido a una caída sobre el codo o un brazo extendido. Esta articulación también está frecuentemente sujeta a lesiones por sobreuso en deportes que utilizan lan- zamientos con la mano, el tenis y la natación. Otros deportes que cargan de forma repetida la articulación en posición por encima de la cabeza, como el levantamiento de pesas y la lucha, también pueden causar un síndrome por sobreuso. Las conse- cuencias de sobreutilizar la articulación son la lesión capsular, una calcificación ectópica en la articulación, y posible degene­ ración del cartílago (85). La escápula rara vez recibe suficiente fuerza para causar una lesión. Sin embargo, si un atleta o individuo cae sobre la parte superior de la espalda, es posible que ocurra una frac- tura de la escápula con contusión de la musculatura de modo que la abducción del brazo es sumamente dolorosa. Otro sitio de fractura en la escápula es la apófisis coracoides , que puede fracturarse con separación de la articulación AC. Los lanzadores también pueden sufrir una bursitis en el borde inferomedial de la escápula, lo que provoca dolor a medida que la escápula se mueve a través de las fases de preparación y aceleración en el lanzamiento. El dolor disminuye en la fase de seguimiento. La bursitis es la inflamación de la bursa , un saco lleno de líquido que se encuentra en sitios estratégicos alrededor de las articulaciones sinoviales y que reduce la fric- ción en la articulación. Actividades como el levantamiento de pesas ( press de banca o lagartijas), levantar por encima de la cabeza, jugar tenis, y cargar una mochila pueden producir trauma al plexo nervioso braquial mediante fuerzas de tracción (p. ej., fuerzas de tirón). Si se atrapa el nervio torácico largo, una parálisis aislada del serrato anterior puede causar movimiento del borde medial de la escápula lejos del tórax y disminución de la capacidad para abducir y flexionar la articulación del hombro (85). La articulación del hombro se lesiona comúnmente ya sea a través de trauma directo o por sobreuso repetido. La dislocación o subluxación en la articulación glenohumeral es frecuente debido a la falta de restricción ósea y la dependencia en los tejidos blandos para restringir y dar soporte a la articula- ción. La dislocación ocurre con más frecuencia en los deportes de contacto como el hockey sobre hielo (15). La fosa glenoi- dea ve hacia anterolateral, creando más estabilidad en la articu- lación posterior que en la anterior. Las dislocaciones anteriores e inferiores representan 95% de las dislocaciones (59).

La causa usual de dislocación es por contacto o aplicación de alguna fuerza sobre el brazo mientras éste se encuentra en abducción y rotación externa sobre la cabeza. Esto desplaza a la cabeza humeral en forma anterior, tal vez desgarrando la cápsula o el labrum glenoideo. La tasa de recurrencia de dis- locación depende de la edad del individuo y la magnitud de la fuerza que produce la dislocación (33). La tasa de recurrencia para la población general es de 33 a 50%, incrementándose hasta 66 a 90% en individuos menores de 20 años de edad (66). De hecho, entre más joven sea la persona al momento de la primera dislocación, más probabilidad tiene de una dis- locación recurrente. Además, si la dislocación fue producida por una cantidad relativamente pequeña de fuerza, es más probable una dislocación recurrente. Las dislocaciones recurrentes también dependen de la cantidad de daño inicial y de si el labrum glenoideo también se dañó (64). Un desgarro en el labrum glenoideo, similar al desgarro de un menisco en la rodilla, resulta en dolor y chas- quido al mover el brazo por encima de la cabeza (88). Una dislocación anterior también hace difícil rotar el brazo hacia adentro, de modo que la persona no puede tocarse el hombro contralateral con la mano del lado lesionado. Las dislocaciones posteriores del hombro son raras (2%) y por lo regular se asocian con una fuerza aplicada con el brazo aducido y rotado en forma interna con la mano por debajo del nivel del hombro (88). Los signos clínicos de una dislo- cación posterior son incapacidad para abducir y rotar el brazo en forma externa. Las lesiones de tejidos blandos en la articulación del hom- bro son numerosas, y están más a menudo asociadas con movi- mientos del brazo por encima de la cabeza, como al lanzar, nadar y en los deportes con raqueta. Debido al rango extremo de movimientos y las altas velocidades en un lanzamiento, las estructuras estabilizadoras dinámicas de la articulación del hombro tienen un alto riesgo de lesión (52). Las lesiones en esta categoría incluyen ejemplos como inestabilidad posterior y anterior, atrapamiento, y daño al labrum glenoideo. Los músculos del manguito rotador, que son activos para controlar la cabeza humeral y el movimiento durante un patrón de lanza­ miento o swing , son altamente susceptibles a la lesión. En un patrón de lanzamiento, cuando el brazo se encuen- tra en la etapa de preparación con el hombro en abducción y rotación externa, la cápsula anterior específicamente. El músculo subescapular es susceptible a la distensión o tendini- tis en la inserción en la tuberosidad menor (72). En las fases de preparación tardía y de aceleración temprana, la porción posterior de la cápsula y el labrum posterior son susceptibles de lesionarse a medida que la parte anterior del hombro se tensa, llevando la cabeza del húmero hacia atrás (10). En la fase de seguimiento o de desaceleración, cuando el brazo se lleva en forma horizontal hacia el otro lado del cuerpo a una velocidad muy alta, el manguito rotador posterior, el infraespi- noso y el redondo menor son muy susceptibles a la distensión muscular o tendinitis en el sitio de inserción en la tuberosidad mayor mientras trabajan para desacelerar el brazo (19).

El mecanismo más común de lesión del manguito rotador ocurre cuando la tuberosidad mayor empuja contra la parte inferior del acromion. Este síndrome de atrapamiento sub­ acromial se da durante la fase de aceleración en el patrón de AMPLE

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